Por Hernán Dinamarca
Impactos existenciales, cognitivos,
comunicativos y sociales de las TIC.
Si la Red todo lo cobija, si es la memoria global de la humanidad y es también su mega-conciencia en acto, pues bien, siendo así, obviamente que la Red no puede dejar de ser un reflejo-espejo de la propia complejidad del cerebro y de la conciencia humana, con sus luces y sombras. Estos conceptos integran el análisis del doctor en comunicaciones Hernán Dinamarca en un excelente trabajo publicado en el último número de la revista mexicana, especializada en comunicación, Razón y Palabra.
Un desafío histórico y cultural: ¿cómo vivir con las TIC?
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las últimas décadas se han expandido de manera vertiginosa. El hecho es de un impacto existencial (y uso este concepto por sus implicancias aún abiertas en la vida individual y social) con pocos precedentes en el devenir de la cultura, tal vez la introducción de la herramienta, tal vez la imprenta podrían servir como analogías históricas.
Sin duda se trata de una revolución, pues las TIC subvierten todas nuestras prácticas y miradas. El cuerpo y corazón de las TIC, la Red de redes que es Internet, metafóricamente podría describirse como un omnicerebro de la diversidad y complejidad humana. He aquí un solo dato, que evoca misterio por lo demás, a la actual tasa de expansión de Internet para el año 2019 se proyectan 1.000.000.000.000.000 de interconexiones electrónicas de computadores (Vídeo Futuro de Internet, 2009. www.youtube.com).
La extraordinaria cifra es similar a la cantidad de sinapsis neuronales - interconexiones también eléctricas que potencialmente ocurren entre las células del cerebro de un individuo de la especie. Y este es precisamente el potencial cultural más asombroso e inasible abierto por las TIC en la deriva del ser humano: que ambas macro-sinapsis a la vez se encuentran entre si en sinapsis cibernética: esto es que el cerebro humano se retroalimenta (cambia en consecuencia) con el omnicerebro que es la Red Internet.
La tecnología como extensión y prolongación de nuestros cuerpos y sentidos ha sido el sueño cultural más logrado en el devenir de hombres y mujeres. En occidente, uno de los ejes del paradigma social moderno fue poner la racionalidad científico instrumental al servicio expreso de las aplicaciones tecnológicas: de ahí el singular poder expansivo de la técnica.
Tanto poder, que a finales de la modernidad hemos explorado el microcosmo y macrocosmo y con las TIC estamos ampliando nuestras capacidades mentales y potencialidades comunicativas a límites aún insospechados.
En ese marco conceptual, es sugerente la interpretación que hace Joan Mayans iPlanells en su ensayo "Metáforas Cyborg" acerca de dos películas fundamentales para entender la expansión tecnológica de las últimas décadas. Escribe: “Blade Runner desafiaba la frontera de lo intrínsecamente humano y The Matrix jugaba con la frontera de lo intrínsecamente real”. (Mayans i Planells, Joan, 2002) Y claro, pues si la tecnología es la extensión de los sentidos, las TIC sin duda amplían el campo de profundidad y comprensión de lo que es y puede llegar a ser lo humano.
Por ejemplo, con la biotecnología, y es la metáfora de los androides en Blade Runner, lo humano potencialmente podría ampliarse, así como con las TIC, y es la metáfora de The Matrix, lo real es lo virtual y lo virtual es lo real. Tan real es el ser humano como lo es el ser animado virtual, tan real es el individuo orgánico como su avatar, pues ambos están e inciden en el mundo. Lo Real, pos TIC, incluye lo real tradicional y lo real virtual.
Las TIC emergen de la organización humana y hoy son parte constitutiva de la misma. Lo son en la familia, en las empresas, en todo tipo de instituciones, estados, comunidades y en las redes planetarias. Una sumaria descripción de las organizaciones nos revela que estas son sistemas y personas con sus emociones, pre-juicios, cuerpos y memoria-historia, cuya estructura son las partes en una interacción dinámica que es condicionada y condiciona al todo organizado; las organizaciones son colaboración, ya que más allá de la realidad de la competencia, sin una activa cooperación diaria entre los sujetos las organizaciones se autodestruirían; finalmente son comunicación, que es el acto de dejarse sentir unos a otros, en tanto toda organización debe poner en común lo que es su propósito: un objetivo compartido. Y este último ámbito, las comunicaciones, que es el corazón de las organizaciones, es el que está siendo subvertido por las TIC. Ergo, si las TIC revolucionan a las comunicaciones, lo subvierten todo en las organizaciones: a las personas, al sistema, a la cooperación y la competencia.
Por eso, ante la radicalidad de su impacto, el núcleo del actual desafío cultural a que asistimos es empezar a vivir la expansión de las TIC de una forma reflexiva, responsable y crítica. Lo escribo así, porque hasta ahora, inmersos aún en una cultura que ha mitificado a la técnica (como lo ha sido la sociedad moderna occidental), la nueva experiencia que nos traen las TIC la hemos vivido en una fascinación acrítica, deslumbrados antes sus luces y ciegos ante sus sombras.
Neil Postman, ex Director del Departamento de Cultura y Comunicación de la Universidad de Nueva York, ha resumido notablemente este problema y desafío socio-cultural. En su "primera advertencia" sobre el cambio tecnológico escribe que “todo cambio tecnológico implica un trato faustiano. La tecnología da y la tecnología quita. Quizás la mejor manera de expresarlo sería diciendo que la pregunta “¿qué va a deshacer esta nueva tecnología?” es igual de importante que la pregunta “¿qué va a hacer esta nueva tecnología?” (Postman, Neil, 2004a).
Esta pregunta, pese a su seriedad, hoy casi nunca es formulada. Y es urgente y necesario empezar a hacerlo. No podemos sustraernos de nuestro libre albedrío y conciencia. Es una responsabilidad humana el por qué, el cuánto y el cómo ampliamos nuestros sentidos, es decir, cómo usamos la tecnología. Haciendo una analogía con la revelación que nos han hecho todas las tradiciones espirituales y también el p sicoanálisis, esto es que cada hombre y mujer somos en unidad una luz y una sombra que nos acompaña, hoy podemos afirmar que las TIC, en ambigua unidad, conllevan sus propias luces y sombras. El omnicerebro que es Internet, al igual que el cerebro humano, tiene su luz y su sombra. De ahí, reitero, que el desafío humano es vivir en organizaciones que se hagan cargo responsablemente de esta complejidad intrínseca a las TIC.
Este ensayo busca contribuir a este incipiente, al menos en la esfera pública, y necesario debate. Lo escrito hasta ahora es el problema, en el apartado 2 intento una caracterización histórica y general de las TIC, así como algunas sombras de su vertiginosa expansión; en el 3 abordo los ecos existenciales de las TIC y en el 4 sus impactos políticos y sociales, en ambos casos con sus luces y sombras; y en el apartado 5, a manera de epilogo, concluyó con algunas reflexiones sobre el actual desafío cultural ante esta ambigüedad implícita en las TIC.
A la memoria de la red Internet cada uno de nosotros accede a través de un proceso de interconexiones simultáneas. Esto no es trivial, pues progresivamente debería implicar un cambio cualitativo en las nuevas generaciones que están aprendiendo a pensar con las TIC, ya que la simultaneidad, la interfaz gráfica y el hipertexto favorecen una nueva manera de pensar integrativa, sistémica, no lineal, que podría estar mejor preparada para lidiar con la complejidad real del mundo.
Por lo mismo, a diferencia del pensar lineal –causal y de izquierda a derecha-, propio de la época histórica moderna, que emergió y se ha desarrollado junto a la imprenta, la nueva manera de pensar que anuncia Internet y que ya se aprecia embrionariamente en las nuevas generaciones, es cada vez más no lineal, integrativa y sistémica, en ese sentido más emparentada con la cultura oral –no lineal- que con la cultura escrita –lineal-.
El reciente y expansivo devenir de las TIC
Las TIC son igual a informática, telecomunicaciones y tecnologías audiovisuales. Las TIC configuran una sociedad caracterizada por el uso extensivo de éstas y por su integración operacional, en tanto toda la información tiende a confluir a la pantalla del computador y lo hace en un mismo código o lenguaje digital (en bit, que es una contracción del inglés binary digit: es la unidad, pedazo, trozo, que designa la cantidad elemental de información: 0 ó 1 en lenguaje digital.
Las TIC están imbricadas dialécticamente con otras dinámicas centrales y tendencias conductuales de la sociedad contemporánea. Enumero algunos ejemplos.
Primero, son un efecto de la ciencia, pues son tecnologías que derivan de las aplicaciones científicas, y son una causa, pues aceleran la evolución de la ciencia con sus enormes posibilidades de manipulación e intercambio de información.
Segundo, son causa del proceso de globalización, en tanto su rol central en las dinámicas de intercambio informativo y económico planetario, y son un efecto, ya que necesariamente se expanden debido al proceso de globalización.
Tercero, son paradójicas, pues aumentan en forma inconmensurable los flujos de información, pero a la vez la saturación genera “ceguera informativa” (los árboles no permiten ver el bosque) y también dejan obsoletos algunos conocimientos y debilitan el ideario de la sabiduría humanista.
Cuarto, revolucionan el pensar y el lenguaje, pues traen nuevas maneras de pensar y nuevas hablas y eliminan otras.
Quinto, subvierten emociones y valores, pues potencian unas e inhiben otras. En suma, las TIC inciden en todos los aspectos de la vida individual y social: instauran una red en el trabajo humano, una red intra- organización y una red entre organizaciones, alteran el ocio y el arte, e impactan en nuestras relaciones, en la percepción del mundo y en el pensar.
Las TIC se imbricaron en nuestras vidas
La tendencia, como dije antes, es hacia la integración de las TIC en la más revolucionaria de sus propias creaciones: la red Internet que sobre la base de las interconexiones de computadores permite acumular y manipular todo tipo de información. Internet es la sociedad humana en red.
Internet, como casi todas las grandes creaciones e idearios humanos que hoy nos impactan, se desarrolló a partir de los años setenta del siglo XX.3 El antepasado de Internet es el Arpanet creado en 1969 por iniciativa del Ministerio de Defensa de Estados Unidos. En estas reflexiones que tratan sobre cómo asumimos creativa y responsablemente esta nueva experiencia, porque eso es la Red de redes, es conveniente destacar que en términos históricos estamos hablando de un hecho tecnológico extraordinariamente reciente.
Con posterioridad a 1969, la Red fue desarrollándose al ritmo de una dinámica interactiva entre la investigación científica y tecnológica universitaria, los programas de investigación militar de los Estados Unidos y la contracultura radical libertaria de los años sesenta. Esta última, menos pragmática que las dos primeras, en el proceso fue propiciando un instrumento con mayor autonomía en relación al Estado y las grandes empresas, lo que hasta la fecha ha determinado en gran medida su arquitectura de gestión basada en la libertad de acceso y la cooperación. (En paréntesis, este modelo libertario fue en última instancia el cuestionado recientemente con el acoso desde el poder al sitio WikiLeaks tras la publicación de cables diplomáticos de Estados Unidos.
Por eso de inmediato se desató la primera guerra informática entre el antiguo orden establecido versus la nueva cultura que nació de las TIC. Ante el intento del poder económico y politico -algunas grandes empresas y gobiernos- por expulsar de la red al sitio, los internautas de la transparencia, los hackers activistas -autonominados Anonymous- iniciaron la "Operación Venganza" contra los sitios de PayPal, MasterCard, Visa y Amazon, empresas que habían cerrado las cuentas de WikiLeaks.
Estamos tratando que Internet se mantenga como un lugar libre y abierto, como siempre ha sido. El problema es que en los últimos meses y años hemos visto cómo los gobiernos están tratando de coartar nuestra libertad en Internet", aseguró en esos días a la prensa el profesor de sistemas de información en la IE Business School de Madrid, Enrique Dans) (Fuente BBC Mundo)
A finales de los ochenta e inicios de los noventa se inicia el uso socialmente expansivo de la Red. La miniaturización creciente del hardware (equipos) y la creación y comercialización masiva de software (programas y sistemas operativos que perfeccionan y uniformizan la interfaz gráfica, además del e-mail y la Web) fueron consolidando a estas nuevas máquinas - cerebros programables. La seducción que empezaron a ejercer sobre sujetos y organizaciones fue imparable: cómo no, si pueden hacer tantas cosas en un “diálogo” virtual con el ser humano, con quién juegan, trabajan o le ayudan en complejas tareas expertas.
Hoy ya todo confluye al ciberespacio, una realidad virtual en red, cuya ubicuidad es en el éter, casi inmaterial. Una Red portadora de una comunicación digital que en simultáneo está en todas partes e integra a todos los signos (escritura, sonidos e imágenes) en el hipermedia, en el hipertexto, y además en interactividad entre sus medios - máquinas, los programas y el ser humano. Recién escribí casi inmaterial, ya que en rigor la red está formada por líneas telefónicas, analógicas o digitales, por fibras ópticas de un micrón de diámetro, por cables, por satélites. Como se lee, la red inmaterial es también material, concreta, y a lo largo de tales materiales, bajo los mares y en los cielos, circulan paquetes de bits.
Antes de continuar, precisemos algunos conceptos que hoy son de uso cotidiano. Primero, Internet cuenta con el sistema de direcciones global de los protocolos de comunicación TCP/IP (Transmisión Control Protocol/Internet Protocol). Segundo, Internet en rigor es extranet e intranet. Extranet es la red de redes (es lo que solemos llamar Internet), protocolizada, que se hace y rehace. Intranet, con igual protocolo, es una red siempre acotada, intra a una organización. Claro que como el límite entre extranet e intranet es difuso y móvil, los analistas prefieren hablar sólo de Internet. Las intranets, redes no globales, están siempre limitadas al interior de una empresa, una ONG, un municipio, universidad, por ejemplo; pero suele estar enlazada con extranet (Internet), se puede “salir” por decirlo de alguna manera, lo que suele no ocurrir es que se pueda ingresar desde “afuera”, desde la Red de redes, a la intranet.
Algunas cifras sobre su desigual e imparable expansión
Al finalizar la primera década del siglo XXI, la población mundial ronda los 7.000 millones de personas y la expansión de las TIC sigue a gran velocidad en todas las geografías y en todos los ámbitos de la vida social. El abaratamiento de los productos tecnológicos y su carácter cada vez más amigable para el usuario, facilita la expansión de las TIC en todos los sectores socio- económicos y culturales. Sin duda, asistimos a su masificación (lo dicen las cifras), pero también este proceso aún es geográfica y socialmente desigual (también lo muestran las cifras). Veamos.
Según la consultora especializada Forrester Research, la cantidad de computadoras utilizadas en el mundo el año 2008 superó los mil millones de unidades. Llevó 27 años llegar a esa cifra, pero en sólo otros cinco se llegará a los dos mil millones.4
El mismo 2008, el porcentaje de los hogares con conexión a Internet alcanzaba a un 94,1 en Corea, un 82,9 Holanda, un 78,5 Suecia, mientras que en el otro extremo Turquía llegaba a un 1.7 por ciento. La mayoría de los países evaluados (aproximadamente 40 con economías medianas y grandes) oscilaban en un rango entre 61.7 en USA, 55.7 promedio para los países de la OCDE y 44.5 España.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), una agencia técnica de la ONU, indica que 23 de cada 100 personas en el mundo utilizan la red, aunque la llamada "brecha digital" es muy clara, pues mientras los usuarios de esa tecnología en Europa y América como promedio superan el 40% de la población, en Asia es cerca del 15% y en África es menos del 5%. La misma UIT informa que en el mundo hay 4.000 millones de suscripciones a la telefonía móvil, pero en África abarca sólo a un 28% de la población, en Asia al 38%, en América el 72% y en Europa el 111%.
El Foro Económico Mundial ha venido midiendo desde hace años cómo los países aprovechan las oportunidades que brindan las TIC. En el análisis consideran el entorno, que mide el grado en que el ambiente general del país fomenta el desarrollo de las TIC; la preparación, que mide el grado en que los agentes (individuos, empresas y gobierno) están preparados y se interesan en las TIC; y el uso, que mide el grado en que los agentes utilizan activamente las TIC en términos de productividad y eficiencia. El Ranking Global de Tecnologías de Información 2009 - 2010 midió a 133 países de todo el mundo, quedando como líderes Dinamarca, Suecia, Estados Unidos y Singapur, en una posición de desarrollo avanzado a intermedio se encuentran países como Chile (40 en el ranking) India, Colombia, Grecia y Brasil (60), y entre los países de menor desarrollo de las TIC aparecen Bolivia Etiopia, Zimbabwe, Chad, Paraguay, Nicaragua, Cambodia y Nepal.
Como lo indican las cifras, co-existen las luces de la expansión con una doble sombra. Primero, la sombra de la desigualdad social en el actual acceso, cuya proyección en el tiempo debería ser a la inhibición de continuar la tendencia a la democratización o masificación en el acceso a las TIC. Segundo, una sombra que adquirirá cada vez más presencia en el futuro, me refiero a la barbarie en el uso o el hecho que las desigualdades se continuarán expresando en cuanto a alfabetización digital y aprovechamiento de las potencialidades de las TIC. Seguramente los países con mejor Índice de Desarrollo Humano, según la conceptualización que hace el PNUD5 aprovecharán mejor las luces de las TIC, mientras los países con menor Desarrollo Humano serán más impactados con sus sombras (esta línea de búsqueda investigativa es interesante, por ahora -sobre la base de simples observaciones- intuyo que al menos en Europa el uso de las TIC es más reflexivo y sereno que en los países del sur, que imitan a destajo y que están obnuvilados con las TIC, Chile más que otros incluso). Eso a nivel comparativo entre estados - naciones. E intra-naciones, la desigualdad de uso también tenderá a alinearse con las desigualdades sociales y educativas.
De la imprenta a internet. Ecos existenciales de las TIC***
Con las TIC, en especial con la Red de redes, asistimos a un cambio radical en la manera de generar sentidos (recordemos que cada texto, cada bit codificado de información, es un sentido para quien lo decodifica desde su propio sentido), en la manera de acumularlos, de distribuirlos y de reflexionar y pensar sobre ellos. En consecuencia, se trata de un impacto intenso en la conciencia humana, por ello le califico de existencial.
La red Internet, en la actual transición histórica modernidad - posmodernidad, está implicando un impacto vital tan intenso como lo fue la extensión de la imprenta durante la transición Edad Media - Época Moderna. Igual que ayer la subversión de la imprenta nos permitió interconectarnos más y cambiar la mirada, hoy la subversión de Internet, interconectándonos más aún, nuevamente nos lleva a cambiar, acelerar y multiplicar nuestra mirada.
Cuando Marshall McLuhan intuyó que "el medio es el mensaje" nos invitaba a comprender que cualquier tecnología que actúa como medio y/o como soporte comunicativo impacta nuestros cuerpos, nuestras mentes y emociones. Cualquier tecnología comunicacional, al codificar y decodificar el mundo, siempre abre y/o cierra mundos. "El cambio tecnológico no es aditivo, es ecológico. Un nuevo medio no añade algo, lo cambia todo… después que se inventara la imprenta, no teníamos la vieja Europa más la imprenta, teníamos una Europa diferente". (Postman, Neil, 2004b).
Otro pensador, Jeremy Rifkin, en su última obra, Civilización Empática, nos recuerda que la imprenta conlleva el pensamiento lineal -que es distinto al pensamiento de la cultura oral- en la evolución de la conciencia humana y también conlleva el fortalecimiento de la noción de individuo autónomo, rasgo tan propio del sujeto moderno, en tanto el vínculo entre lector y libro es íntimo e individual -acto que es distinto al vínculo siempre colectivo propio de la cultura oral que precedió a la imprenta.
Mientras en el ámbito socio-económico-institucional, sin la imprenta y sólo con "los códigos antiguos y las formas orales de la comunicación habría sido imposible organizar el espectacular aumento del ritmo, la velocidad, el flujo, la densidad y la conectividad de la actividad económica basada en la máquina de vapor alimentada con carbón" (Rifkin, 2010), todas características constitutivas de la sociedad moderna que emergió con la revolución industrial, así como habría sido históricamente imposible el cambio cultural asociado a las prácticas democráticas, la extensión de la escolaridad y la expansión de los conocimientos.
NOTA del bloguista: Sin esa subjetividad individual que favoreció la imprenta y la lectura en silencio también habría sido concebir el discurso sobre los derechos individuales que aflorará en las revoluciones liberales.
Lo mismo ahora, después de las TIC, ya no habitamos el mundo que teníamos antes de los sesenta del siglo XX, sino que desde ahí poco a poco emergen un conjunto de signos, entre otros las TIC con su revolución en las comunicaciones, que a muchos autores que observamos y reflexionamos sobre el presente como Historia nos permite afirmar que estamos viviendo un cambio de época histórico y un cambio cultural con ecos cualitativos, por lo que empezamos a habitar un planeta diferente, posmoderno en términos históricos, en el sentido de ser distinto a la cosmovisión hegemónica en la época histórica moderna.
Entre otros, Jeremy Rifkin, Morris Berman, Humberto Maturana, Francisco Varela, Fritjof Capra, Brian Swimme, Ken Wilber y Edgard Morin, desde sus respectivos campos develan que asistimos a un cambio de época. En lo personal tengo la convición que en el presente como Historia vivimos un proceso transicional que desde hace años vengo denominando una Neo-ilustración por su analogía con el proceso acaecido en los siglos XVII y XVIII. Pues así como esos siglos constituyentes de la modernidad fueron animados por el movimiento intelectual y creativo de la Ilustración, que ayer actuó como un nuevo paradigma social moderno y subversivo ante lo que era la agotada cosmovisión del mundo feudal-monarquico, las décadas post-sesenta del siglo 20 y las próximas décadas del siglo XXI están siendo y estarán animadas por el devenir creativo, diverso y fértil de un proceso de Neo-Ilustración que es portador de nuevas ideas y prácticas del paradigma social postmoderno históricamente constructivista (llámese paradigma sistémico, en red, ecológico, holístico, como sea). Este ha venido subvirtiendo desde sus desde sus respectivos campos develan que asistimos a un cambio de época.
Como ya hemos dicho, es radicalmente nuevo que con las TIC por primera vez tenemos una especie enredada como nunca antes en un omnicerebro de interconexiones electrónicas, una red de millones de redes de computadores en las que trafican desde las transacciones financieras y comerciales, son regulados los transportes y se cobijan las palabras, las imágenes y las emociones de hombres y mujeres en todas las lenguas. La red como la materialización de la Torre de Babel.
Con las TIC las interacciones humanas ya no sólo ocurren en la naturaleza o espacio físico (que era el lugar hegemónico de la sociedad agraria), ni tampoco sólo en el espacio de la polis (que era el lugar hegemónico de la sociedad industrial), sino que ahora se agrega el espacio virtual de la Telepolis o Tele-naturaleza que han creado las telecomunicaciones: una nueva sociedad de la velocidad y de la información, cuyo lugar hegemónico está en todas partes, en una virtualidad cuyo mejor símbolo es la TV o pantalla del computador como la nueva plaza pública.
Las luces del omnicerebro Internet
La Red nos interconecta en la memoria y en el acto. Si la tecnología es la prolongación de lo humano, así como las máquinas ampliaron nuestras capacidades físicas, las TIC amplían y cambian nuestras capacidades mentales.
Lo que hizo la imprenta fue sistematizar y extender por escrito el habla y el pensamiento, dotó a la humanidad de una mayor memoria y con la escritura reflejó en el papel blanco una manera lineal de pensar; hoy, por su parte, la red Internet es la síntesis de todos los medios precedentes para transmitir sentidos, incluida la palabra escrita y la palabra audiovisual, pues toda comunicación es siempre codificada y decodificada en última instancia por la Palabra -el sentido. La red nos inunda con toda la memoria de la especie y en simultáneo nos otorga una portentosa interconexión. La memoria y la instantaneidad del omnicerebro que es Internet operan como un “banco” planetario del código transgenético que en los hechos es el Lenguaje -Palabra para los individuos de la especie humana.
Para entender mejor esta analogía biológica quiero recordar aquí lo que ocurre genéticamente en ese reino de creatividad y cualidades evolutivas que son las bacterias. Las bacterias (los seres vivos más abundantes y más aptos en sobrevivencia) poseen una impresionante creatividad evolutiva: unos "individuos a otros", en una red global de intercambio genético (su propia “Internet biológica”), se pasan libremente rasgos hereditarios con un poder y una eficiencia increíble. Lynn Margulis y Dorion Sagan lo describen así: "en los últimos cincuenta años los científicos han observado que las bacterias transfieren rápida y rutinariamente distintos bits de material genéticos a otros individuos.
Cada bacteria dispone periódicamente del uso de genes accesorios, provenientes en ocasiones de muy diferentes linajes y que cubren funciones que quizás su propio ADN no podría desarrollar... Como resultado de esta habilidad (recombinación de ADN), todas las bacterias del mundo tienen acceso a un único banco de genes y por ende a los mecanismos de adaptación de todo el reino bacteriano. Según el bacteriólogo Sorin Sonea, estrictamente hablando las bacterias no deberían ser clasificadas en unas y otras especies, pues todos sus linajes pueden potencialmente compartir rasgos hereditarios y cambiar hasta un 15% de material genéticos en un día.? (Margulis, Lynn - Sagan, Dorión, 1992).
¿Por qué esta larga cita sobre la creatividad evolutiva de las bacterias? Porque su red planetaria de intercambio de información genética podría perfectamente compararse con la red planetaria -que ahora es Internet- de intercambio de bits con información de nuestra memoria-lenguaje. Desde que habitamos en nuestra única morada (el lenguaje, según Heidegger), siempre hemos contado con la creatividad evolutiva que nos otorga nuestro código transgenético (las palabras) para recombinar experiencias entre los individuos de la especie (pues la información es experiencia suspendida en las palabras). Lo inédito del presente es que con Internet ese intercambio se potencia hacia atrás y en el acto, recombinando nuestras experiencias de una manera aún impensada y que podría acelerar de manera también aún impensada nuestra creatividad evolutiva.
Sobre la base de esta comprensión de Internet como memoria planetaria de la humanidad, la Ley de Robert Metcalfe es sobrecogedora: P (n) = n2. P es potencia y n es la Net (la Red.) Metcalfe presentó esta fórmula en 1973, en su tesis doctoral para Harvard. Un ejemplo de la Ley de Metcalfe: 400 computadoras en red tienen el poder de 400 x 400 y no del 390 + 1. Es decir, cada usuario dispone de 160 mil aparatos y sus programas. Cuando su PC está en Internet su disco duro es la red. Cada usuario que se conecta tiene bajo la punta de sus dedos la totalidad de los programas y poderes de los millones de computadores entrelazados. Más allá del debate en la comunidad científica sobre si la Ley de Metcalfe sobreestima el valor de las conexiones añadidas (tesis de Andrew Odlyzko y Benjamin Tilly ) o si las subestima, que es la tesis de la Ley de Reed, de David P. Reed8, lo inequívoco es que a disposición del usuario de Internet se encuentra todo el conocimiento humano y la capacidad de crear con él. Como hemos reiterado, la Red, por llevar y distribuir todos los sentidos, todos los lenguajes, es y será cada vez más la memoria global de la humanidad.
La Red favorece una nueva manera de pensar integrativa
También de consecuencias evolutivas insospechadas resulta el hecho que la interfase de la pantalla del computador es no lineal. A la memoria de la red Internet cada uno de nosotros accede a través de un proceso de interconexiones simultáneas. Esto no es trivial, pues progresivamente debería implicar un cambio cualitativo en las nuevas generaciones que están aprendiendo a pensar con las TIC, ya que la simultaneidad, la interfaz gráfica y el hipertexto favorecen una nueva manera de pensar integrativa, sistémica, no lineal, que podría estar mejor preparada para lidiar con la complejidad real del mundo.
Por lo mismo, a diferencia del pensar lineal -causal y de izquierda a derecha-, propio de la época histórica moderna, que emergió y se ha desarrollado junto a la imprenta, la nueva manera de pensar que anuncia Internet y que ya se aprecia embrionariamente en las nuevas generaciones, es cada vez más no lineal, integrativa y sistémica, en ese sentido más emparentada con la cultura oral -no lineal- que con la cultura escrita -lineal-.
Claro que lo potente, inédito y desafiante en este nuevo escenario histórico, es que con Internet es posible -si acaso asumimos con sabiduría sus luces y sombras- contener lo mejor de ambas culturas, de nuestra memoria, la oral y escrita, cuya mejor síntesis son las potencialidades audiovisuales que la red ofrece.
Las sombras del omnicerebro Internet
Como escribimos antes, cualquier tecnología conlleva su propio perjuicio. Por ejemplo, si en una cultura oral a través de proverbios, refranes y canciones se mantenía y transmitía la sabiduría de una comunidad, obviamente que allí el ejercicio de la memoria era relevante al menos entre los sujetos portadores de esa sabiduría. En cambio, en la era de la imprenta, en desmedro del ejercicio de la memoria, pues ya no se memorizan los proverbios, refranes y canciones, sino que se escriben, se otorga mayor relevancia a la organización lógica y al análisis sistemático. Como se lee, la riqueza del ejercicio de la memoria en la cultura oral es perjudicado en la cultura escrita, que conlleva sin embargo otras fortalezas. Asimismo, hoy, Internet junto a sus luces, conlleva potenciales perjuicios -por sus sombras- a lo que eran fortalezas de antiguas formas de comunicación.
La eventual pérdida de la sabiduría
En tanto vivimos en una relación y estado de ánimo acrítico con las TIC, no nos cuestionamos mayormente que las personas hoy tienden a valorar más la velocidad.
Entre las nuevas generaciones en la comunicación todo debe ser rápido, instantáneo, breve, desdeñan el silencio de la espera, la introspección, la calma reflexiva y la exposición serena de los argumentos. Tanto así que en países como Chile incluso la política -que es la reflexión y acción sobre la res (cosa) pública-, hoy (¿empobreciéndose?) encuentra un espacio preferencial en Twitter y sus 140 caracteres.
Con las TIC, hoy las personas valoran más lo inmediato, el aquí y el ahora, desdeñando la memoria y los hechos históricos. Con las TIC se valora la masificación y la instantaneidad de la información, el dato específico, la información especializada y acotada a un determinado dominio del conocimiento. En suma, se valora más la información cuantitativa del árbol que el conocimiento cualitativo del bosque.
De esa manera, con las TIC la sabiduría es cada vez más un concepto menos valorado y podría llegar a desaparecer. Si consideramos que en la vida práctica siempre la sabiduría ha sido considerada sinónimo de la prudencia que surge de una inteligencia aplicada, que se desarrolla con la experiencia, con la memoria activa y de largo plazo, dada por el conocer los antecedentes y la historia de cualquier deriva, y que es lo opuesto a la ausencia de reflexión, aquella aceleración atropelladora que linda con la tontera; es obvio entonces que debido a la actual sobrevaloración de algunas cualidades de las TIC -como la velocidad y lo instantáneo-, éstas podrían estar contribuyendo a una valoración cada vez menor de la sabiduría, cualidad tan relevante en todas las anteriores sociedades humanas.
La sombra de la libertad de nuestra sombras en Internet
Cuándo algunos miran de soslayo u horrorizados los riesgos morales y los peligros a la integridad de niños y niñas en Internet, causados por sitios pornográficos a la mano de todos o por las redes sociales que pueden usar pedófilos para “seducirles”, o bien cuándo otros con pose autoritaria cuestionan la libertad en la red para que quien quiera emita lo que quiera en su seno, o bien terceros observan con ajena distancia la posibilidad de suplantaciones de identidad, de generar olas de rumores y de mentiras en la red; casi nunca nos detenemos a reflexionar que esas potenciales sombras éticas están profundamente imbricadas con nuestra propia sombra. Me explico, la libertad de Internet no puede ser de otra manera si llevamos hasta las últimas consecuencias lo que en este ensayo hemos reiterado: que Internet es lo más parecido a un supra-cerebro humano, con sus luces y sombras.
Si la Red todo lo cobija, si es la memoria global de la humanidad y es también su mega-conciencia en acto, pues bien, siendo así, obviamente que la Red no puede dejar de ser un reflejo-espejo de la propia complejidad del cerebro y de la conciencia humana, con sus luces y sombras. Como nos interpela el poeta Nicanor Parra en su célebre Autorretrato: cada uno de nosotros, hombre o mujer, somos “un embutido de ángel y bestia”, luego es imposible que entre los pliegues de cada bits en la Red no asome también la bestia co-existiendo siempre con el ángel.
Si queremos continuar con lo que hasta ahora han sido las más iluminadoras luces de la red -su libertad de acceso y creativa, su memoria - totalidad, su potencia para el saber y el conocer-, tendremos que aprender a lidiar con responsabilidad con su sombra. Precisamente en esa tensión se juega una vez más la libertad de cada uno, el buen juicio y la sabiduría; nuestra responsabilidad radica en lo que queramos potenciar y usar, ya sea la luz o la sombra, en cómo enseñemos a las nuevas generaciones a vivir en y con las TIC, cómo, igual que en la vida y en nuestra interioridad, aprendemos a optar en la humana ambigüedad que proyectamos en la Red. La sombra de Internet y de las TIC es la proyección de nuestras propias sombras, por eso el desafío evolutivo una vez más se nos devuelve al interior de cada uno.
La pérdida de la riqueza del lenguaje escrito
Con las TIC ocurre una pérdida que es ya evidente en las nuevas generaciones. La cultura escrita, junto al pensar lineal, nos otorgó la disciplina de la forma alfabética, el rigor de la sintaxis y la bella ambigüedad de la semántica. El lenguaje, si bien evolucionaba con el habla, se reproducía bajo el respeto de esos códigos formales y semánticos.
Hoy en cambio, el hipertexto, la velocidad y el ensimismamiento que conlleva el habla virtual y no lineal del chat en las TIC, por ejemplo, pese a ser escrita en el teclado del computador o del teléfono celular, siempre degrada la forma alfabética, corrompe la sintaxis y por carencia de estilo tiende a veces a eliminar la ambigüedad (cuando lo breve se une con la escasez de sentidos) y en otras a aumentarla con un “ruido semántico” que puede alcanzar niveles críticos (cuando lo breve y la velocidad se unen con la exigencia de riqueza de sentidos).
De esta manera, en una observación crítica surgen varias preguntas: ¿será necesariamente la evolución en las TIC sinónimo de pérdida de la tradicional riqueza del lenguaje escrito y hablado?. ¿Debemos sólo observar pasivamente esa pérdida potencial, o bien promover la oralidad y lo audiovisual que permiten las TIC, pero sin renunciar al rigor, la riqueza y disciplina sistemática especifica que nos ofrecía la cultura del lenguaje escrito? Son preguntas que sin duda hay que hacerse a la hora de reflexionar respecto al uso de las TIC en las organizaciones (en especial en las empresas, las escuelas y en el hogar).
* Doctorando Comunicación Organizacional: Universidad de Málaga, España hernan.dinamarca@gmail.com www.hernandinamarca.cl // (Fuente:www.razonypalabra.org.mx)